Ganó el sí en Ecuador. Con una cantidad muy superior a la prevista--81,59 por ciento de votos con el 90,09 por ciento de los sufragios contados--, el presidente Rafael Correa no sólo tiene luz verde para reformar el Estado a través de una Asamblea Constituyente, sino que también obtuvo un respaldo a su mandato.
"Vamos con júbilo a esa Asamblea Constituyente para tener una democracia verdaderamente representativa y mucho más participativa (...) debemos buscar a los mejores hombres y mujeres de la patria para formarla", dijo Correa después del referéndum del domingo.
Simón Pachano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Quito, dijo en entrevista con la BBC que la campaña electoral para la Asamblea "va a estar caracterizada por fuertes enfrentamientos (...) verbales y hasta físicos".
Pachano consideró, contrario a lo que aseguran los promotores de la constituyente, "que la Asamblea no ayuda a resolver los problemas ecuatorianos (...) No creo que la Asamblea permita hacer un buen diagnóstico y por tanto no creo que permita encontrar la solución por el limitado tiempo de que dispone", explicó.
Desde su campaña electoral, Correa prometió "refundar el país" elaborando una nueva constitución que limitara el poder de los partidos tradicionales e incluyera reformas políticas y económicas.
Debido a que Correa llegó al poder sin partido propio, tuvo que luchar contra el Congreso que se oponía a la Asamblea. De hecho, destituyó a 57 diputados contrarios a la consulta. De acuerdo con la editorial de El País, ésta fue una táctica reprobable, pero "de no haber actuado, sumido en una parálisis total antes siquiera de que pudiese empezar a gobernar, hay que reconocer que habría sido ignorada la voluntad del pueblo ecuatoriano, que le eligió para que renovara la casa desde los cimientos".
En los videos, opiniones de ciudadanos sobre el referéndum.
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